miércoles, 14 de octubre de 2009

Receta para pastel de chocolate

Hoy no quiero mirar al pasado, escribir poéticamente o contar la tragedia inevitable que provoca la creencia fiel (como un acto de fe) del mito platónico del banquete, sí, ese que usted esta pensando, aquel que cuenta la historia de la mitad perfecta de los enamorados.
Este es un día para no pensar, no reír, no soñar, sólo es un día para cocinar y después quedarse sentado, sorpresivo, asombrado por los acontecimientos extraños pero terriblemente maravillosos de alguna noche que se desee recordar.
A manera de receta de cocina para obtener un pastel de chocolate con chispas de mentalidad serena y relleno de ataraxia, hay que comprar los siguientes ingredientes y seguir al pie de la letra todos los pasos.
Usted necesitará conseguir ( no importa el medio por el cual pueda hacerlo, el fin amerita el esfuerzo) 2 cucharaditas de sinceridad implacable; 3 gotas de desesperanza y no más porque puede suceder una intoxicación de falta de fe por periodos tremendamente largos; 1 cucharada de fenomenología del hecho ( esto es, necesitará conseguir quitar todos sus prejuicios, trasfondo, supuestos iniciales, como quiera llamarlo, que hagan impuro el acto, la noche que quiere recordar, para así obtener la esencia intrínseca del objeto del deseo); 1 bolsita de chispitas mixtas que deberá contener chispas antifatalidad de sabor fresa, anticausalistas de cualquier sabor y las más difíciles de hallar, las almendradas de la paciencia; 1 estrella fugaz harinosa para endulzar el pastel y darle volumen; ½ litro de chocolate derretido, ingrediente indispensable del pastel; por último, dos cafiaspirinas por si existe dolor de cabeza gracias a la difícil tarea de conseguir los ingredientes.
Preparación: consiga un lugar con luz tenue y en el cual usted se halle en plena comodidad para comenzar a realizar la receta. Busque el recipiente más hermoso de su cocina, aquel que elegiría para preparar el manjar mas suculento de todo el mundo ( si no encuentra ninguno vaya al super a comprar uno). Primero, tomé su estrella fugaz harinosa en las manos, hágala sentir querida para que el volumen del pastel sea más esponjoso colóquela en el recipiente y si realizó correctamente el primer paso, entonces, al depositarla se desmoronará, sino repítalo hasta lograr el cometido. Posteriormente, revuelva la sinceridad implacable, las gotas de desesperanza y el chocolate derretido hasta conseguir una mezcla uniforme. Luego, vierta el resultado en el recipiente de la estrella fugaz, mezcle con las manos y espere a que desaparezcan los grumos. Vacíe la cucharada de fenomenología del hecho como jarabe sobre el recipiente y coloque de manera estratégica las chispas mixtas. Colóquelo en el horno por cuarenta y cinco minutos a 49 grados centígrados. Mientras espera el horneado de su pastel busque una hoja de papel y haga anagramas sobre las palabras clave de aquella noche a manera de inventar señales inexistentes.
El último paso es sentarse o colocarse en la posición que le guste mas en la tranquilidad de su balcón, observar su obra culinaria fijamente, hagalá suya al grado de no poder olvidarla, admírela, asómbrese de lo hermosa que es, que nada mas importe en ese momento, olvídese del mundo, de los problemas. Después tome un cuchillo, parte el pastel, coma un pedazo, haga que pase al corazón antes de ir al estomago, cuando este en el corazón guarde una parte de él. Después, lo que sobra del pastel regálelo a la persona que más quiera en el mundo. Vayase a dormir con toda la tranquilidad, olvide lo pasado, en realidad no tendrá que ser un acto consciente por que el efecto secundario del pastel, olvidaba decirlo, es no recordar nada sólo una sensación de sumo agrado en el paladar al despertar. El tiempo transcurrirá e inevitablemente sólo quedará una sensación pura y maravillosa. Espero su domingo halla sido agradable el mío después de una rebanada de un delicioso pastel de chocolate no ha podido ser mejor.

Texto dedicado a un viejo amigo.
Nadia Cortés

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